A diferencia de tiempos pasados, los jugadores respondieron y hubo un merecido bronce compartido con las Heras.Lograr en tenis un tercer puesto es indudablemente un logro. Así como las victorias provocan alegrías en un equipo, una caída como la que se sufrió en la Cuenca no debería impedir que se vean los aspectos positivos de un proceso. Lo ocurrido en las series ante distintas delegaciones vecinas durante el desarrollo del evento permite ilusionarse para el futuro. Aunque haya que esperar hasta el año próximo para que el sueño sea posible. Posible decimos, porque se consiguió en las Olimpidadas y de visitante imponer su estilo en los tres partidos en que les tocó jugar, perdiendo en semifinales con Cañuelas , equipo que luego se consagra campeon de las olimpiadas en tenis venciendo a Lobos. Pero antes que todo esto hubo un trabajo que se viene preparando ordenadamente desde el club de tenis Navarro y ese acompañamiento se noto este año. El compromiso de los jugadores con el equipo se percibió claramente en el trabajo en sí, y además en la voluntad de prepararse para lograr este objetivo que, pruebas a la vista, era muy complicado.Durante la competencia se percibió primero la buena onda entre los integrantes del equipo. Hay que recordar que años pasados, Navarro perdía en primera ronda. Mientras tanto, y más allá del resultado, se abre una puerta importante camino hacia mejores logros y porque no, la medalla dorada. Es seguro que con algo más de experiencia, y si se mantiene el buen nivel de este año, Navarro se consolidará como candidato.Claro, quedan algunas cosas en el debe; de todo esto se puede aprender. Aunque es bueno saber que no todo fue en vano, más allá de los resultados.
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